En una noche redonda en el Estadio Olímpico Nilton Santos, Botafogo demostró su autoridad y aplastó por 3-0 a Atlético Mineiro, en un duelo correspondiente al Brasileirao. El conjunto carioca dominó de principio a fin, tanto en lo futbolístico como en lo mental, dejando sin reacción a su rival.
Desde los primeros minutos del encuentro, Botafogo dejó claras sus intenciones de quedarse con los tres puntos. A los 13 minutos, Luiz Henrique lideró una jugada clave que terminaría condicionando el desarrollo del partido: una falta profesional de Igor Rabello, quien cortó una jugada clara de gol y se fue expulsado, dejando a Atlético con un jugador menos en el terreno.
A partir de ese momento, los dirigidos por Artur Jorge aprovecharon la superioridad numérica y comenzaron a manejar el ritmo del juego. La presión surtió efecto a los 20 minutos, cuando Tiquinho Soares rompió el cero con un gol de tiro libre que desató la euforia en las tribunas del Nilton Santos.
Atlético Mineiro intentó resistir, pero las constantes llegadas de Botafogo hacían prever que el segundo tanto era cuestión de tiempo. En el complemento, el conjunto local volvió a golpear: primero a los 79 minutos, con una buena aparición de Cuiabano tras una falta cometida por Bruno Palacios; y luego, a los 84’, fue Jefferson Savarino quien cerró la goleada con una definición precisa.
Con este resultado, Botafogo reafirma su buen momento en el campeonato y se posiciona como uno de los equipos a tener en cuenta en la pelea por el título. La intensidad con la que disputó cada pelota y la efectividad de cara al arco rival fueron determinantes en una noche que quedará en la memoria de sus hinchas.
Atlético Mineiro, por su parte, deberá analizar profundamente lo ocurrido, ya que más allá de la expulsión, el equipo mostró poco peso ofensivo y una preocupante fragilidad defensiva.
El encuentro concluyó con un claro 3-0 que refleja la superioridad de Botafogo durante los 90 minutos. En la próxima fecha, los cariocas buscarán seguir en racha, mientras que el conjunto de Belo Horizonte tendrá la difícil tarea de levantar cabeza tras este duro revés.
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